Según El País, los atacantes irrumpieron
en las residencias de estudiantes y tomaron un número indeterminado de
rehenes. Alrededor de “500 estudiantes han sido localizados [vivos],
pero se han perdido muchas vidas”, ha apuntado el ministro de Interior,
Joseph Nkaissery, en declaraciones recogidas por la agencia France
Presse. Nkaiserry ha afirmado que cuatro terroristas —de los cinco que
habían lanzado el ataque— han muerto después de que las tropas kenianas
hayan asaltado el edificio en el que los insurgentes habían retenido a
centenares de estudiantes y profesores durante 12 horas. Eso quiere
decir que “el 90% de la amenaza ha sido eliminada”, en palabras del
ministro. Sin embargo, Nkaiserry se ha mostrado prudente sobre los
asaltantes que siguen en el interior de la universidad.
Los asaltantes entraron en la noche del
miércoles al jueves en el campus universitario de la ciudad keniana y
empezaron a disparar en la zona de los dormitorios, según han relatado
algunos de los estudiantes que pudieron escapar. Uno de ellos ha
asegurado que la primera explosión en la puerta del centro, que ha
dejado un gran agujero, ha provocado una auténtica “carnicería”
Al Shabab —que significa ‘los jóvenes’—
ha reivindicado el ataque y ha asegurado que está separando a los
rehenes musulmanes de los cristianos. “Kenia está en guerra con
Somalia”, ha dicho uno de los portavoces de la milicia, Sheik Ali
Mohamud Rage, “la misión de nuestros hombres es matar a aquellos que
están contra Al Shabab”.
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