Es un acto inaudito de Annise Parker, alcaldesa de Houston (Texas, 2,2 millones de habitantes), lesbiana declarada y paladina del activismo LGBT en la causa que está en los tribunales contra la Equal Rights Ordinance, su ley insignia.
Con una decisión que no tiene precedentes, el Ayuntamiento de Houston, Texas, amenaza con utilizar los sermones de algunos religiosos locales en los tribunales contra ellos.
El ayuntamiento, de hecho, ha llevado a juicio a varios pastores de distintas iglesias cristianas para obligarles a entregar todos los sermones (y las comunicaciones dirigidas a los miembros de las respectivas iglesias), – y así hacer que las examinen los abogados del Ayuntamiento-, en los que se traten temas sobre homosexualidad o identidad de género.
“Nuevas leyes dan a los representantes de la ciudad de Houston el derecho de examinar los sermones religiosos buscando discriminaciones hacia las personas”, titula -incluso un poco desconcertado- el periódico británico The Independent.
Efectivamente, este clamoroso acto es sólo la última estocada de un tremendo duelo iniciado hace algunos meses entre la alcaldesa arco iris y los opositores a su ley insignia, la Houston Equal Rights Ordinance (Hero), aprobada en junio y duramente contestada a causa de su extremismo en lo que concierne las medidas dirigidas al aplastamiento de las diferencias de género.
Entre otras cosas, explica eficazmente el Washington Times, la ordenanza «prohibe a las empresas abiertas al público que impidan a las personas utilizar los baños del sexo opuesto cuando su identidad de género no corresponde a su sexo biológico».
En agosto, los opositores al denominado “bathroom bill” habían intentado frustrar los esfuerzos de la alcaldesa Parker con una petición ciudadana que le imponía retirar la norma o someterla al juicio de los electores.
Sin embargo, las cincuenta mil firmas recogidas (muchas más de las diecisiete mil requeridas) fueron invalidadas por el Ayuntamiento por presuntas irregularidades, por lo que los promotores de la petición decidieron llevar la ley a juicio.
Fue en este momento cuando la ciudad de Houston decidió llevar a los tribunales a los pastores para que entreguen sus sermones, aunque estos nunca han estado implicados en el proceso.
Entonces, ¿cuál es su “culpa”? Apoyar una asociación que agrupa a casi 400 iglesias contrarias a la ordenanza igualitaria de la Parker.
Los abogados de la Alliance Defending Freedom (Adf), una red legal sin ánimo de lucro especializada en causas que conciernen la libertad religiosa, han decidido defender en este caso a cuatro pastores, dirigiéndose al Condado de Harris (donde se encuentra también Houston) para pedir que se anule la orden de comparición. Se trata, según la Adf, de un acto «tan inútil como inaudito»: los administradores de Houston «deberían comportarse como “civil servant” (servidores públicos), no como los soberanos de Gran Hermano» y «pretenden ilegítimamente que los pastores, que no son parte en causa en este proceso, entreguen sus sermones protegidos por la constitución y otras comunicaciones con el fin de controlar si se han opuesto o han criticado al Ayuntamiento».
Parece, según los abogados de la Adf, «una inquisición estudiada a propósito para sofocar toda crítica».
Sin embargo, recuerdan, «el comentario político y social no es un crimen: está protegido por la Primera Enmienda».
En la crónica escrita para Fox News, Todd Starnes relata que contactó al Ayuntamiento de Houston para que le explicara por qué la alcaldesa Parker quiere «inspeccionar los sermones», pero fue inútil.
«No hacemos declaraciones sobre las causas legales», le respondió un portavoz.
«Sin embargo – escribe Starnes – el abogado de la ADF, Erik Stanley sospecha que la alcaldesa quiere humillar públicamente a los religiosos. Prevé que utilizarán sus sermones para un examen público. En otras palabras, la ciudad está hurgando en busca de pruebas para humillar a los pastores como beatos anti-gay».
(Tempi.it/Traducción de Helena Faccia Serrano) Fuente: www.Cristianosdigital.net
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