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martes, 4 de noviembre de 2014

Neurocirujano afirma haber visto a Dios en el cielo mientras estuvo en coma

Neurocirujano afirma haber visto a Dios en el cielo mientras estuvo en coma El neurocirujano Eben Alexander, estuvo en coma por siete días y al despertar contó que estuvo en el cielo y vio Dios.

El Dr. Eben estaba convencido que las experiencias extracorporales (separación cuerpo espíritu) eran alucinaciones, que eran causadas cuando el cerebro era dañado. Tras su experiencia cercana a la muerte ha cambiado su opinión al respecto, según señala Daily Mail.

Hace seis años despertó una mañana con un dolor de cabeza punzante. A las pocas horas, entró en un estado de coma. El neocórtex, la parte del cerebro que se encarga de todos los procesos de pensamiento que nos hace humanos, se había cerrado completamente.

Tras esa situación fue llevado al hospital, donde los médicos determinaron que había contraído meningitis y dijeron que no habían posibilidades de supervivencia.

"Yo estaba en estado de coma profundo, en estado vegetativo, y todas las funciones superiores de mi cerebro estaban desconectados. Mi cerebro no estaba funcionando pero mi yo interior todavía existía, desafiando todas las leyes conocidas de la ciencia", cuenta Eben.

Mientras estuvo en esa situación, cuenta que su conciencia se fue en un viaje a través de una serie de reinos en un viaje más allá del mundo físico, llegando asegurar que  la conciencia existe más allá del cuerpo.

Relata que vio una luz que descendía lentamente desde arriba, arrojando una especie de cuerdas de plata con un resplandor dorado. Se oía una música hermosa y celestial. La luz se abrió como una rasgadura y me sintió subiendo a través de una grieta, en un valle lleno de vegetación exuberante y fértil, donde fluían aguas cristalinas.

También afirma haber visto a Dios durante esta experiencia, aunque no fue "el hombre con barba blanca", como todos solemos imaginarlo. "Esta deidad está más allá de cualquier palabra, hay una sensación irresistible de aquella presencia amorosa e infinita".

"Hay registros médicos de cada minuto de mi estado de coma, y ​​ninguno de ellos mostró ningún indicio de actividad cerebral. En otras palabras, en lo que la neurociencia puede decir que mi viaje no era algo que sucede dentro de mi cabeza", enfatizó Eben.

"Muchos científicos tiene dificultades para aceptar estas afirmaciones. Mi experiencia socava su sistema de creencias. Pero el único lugar donde he encontrado aceptación es en la iglesia, donde mi historia a menudo coincide con las expectativas de la gente". concluyó.

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